Lo habíamos "medio hablado", pero a media mañana Marta me confirma que "habemus barbacoam", así que tras currar voy a casa, me cambio, pillo la fregoneta (cargándola de sidra y cerveza, claro) y a Lorea, a recoger a June, que se ha apuntado, y de allí a Andoain... Allí me secuestra cuñao y nos vamos de compras...
Con todo en la furgo las señoras se van con los niños ala playa (a unos hermosos 40º) y yo, con cuñao, me voy a "pescar"... lo pongo entre comillas porque yo lo que hago es pillar una silla, una par de birras frescas...y a mirar el mar, mientras Igor cuida de 2 cañas y alimenta a los peces. Todo esto a la sambrita. Es dura la vida del pescador.
Cuando más o menos nos hemos asegurado que todos los peces de Orio han comido algo (uno de ellos, pobrecillo, se queda enganchado en el anzuelo en el que estábamos bañando al gusano, pero nosotros rápidamente los desenganchamos y lo devolvimos al agua...) recuperamos a las muyeres y a los niños... y a Pagoeta!
Encontramos una parrilla sin terminar de apagar las brasas, así que los reavivamos, echamos nuestras viandas, sacamos la bebida fresca... y de amena charla hasta anochecer... momento en que salimos por patas, que habíamos quedado con mis ancianos padres a devolver a June, a ver los fuegos y de cubatas a la plaza Easo, que ha venido Manu con Ángela y mañana se va...
Que estrés, esto de descansar!!!
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